Domingo.
7 y media de la mañana.
Yo debería estar durmiendo. O estudiando. O haciendo criollitos para acompañar los amargos. O lo que sea, pero no escribiendo. Pero no pude conmigo mismo, así que acá estoy.
La verdad es que me asaltaron las ideas y las dudas, y me dejaron practicamente en bolas. Así que mientras pongo la radio, trato de sacar algo en limpio entre mate y mate. A ver...
Cuando conocemos realmente a alguien? Qué tanto hay que conocer a la gente? Es bueno conocerlos del todo? Es malo darse a conocer completamente? Hay que poner las manos en el fuego? Y si nos quemamos? Hay que confiar en lo que nos dice nuestro instinto? Lo que no se planea sale mejor? Los planes se pueden cambiar sobre la marcha?
Y si algo te sorprende, pero hasta cierto punto, quizás inconscientemente, lo esperabas? Y si no lo esperabas? Qué pasa cuando llegás a la encrucijada y no sabés cuál es el camino? Se puede perder el sueño y la calma por una gota de agua? Y la duda más importante: Porqué estoy escribiendo todo esto en vez de dejarlo dando vueltas en mi cabeza?
Lo único que tengo bien clarito es que la noche y el desvelo potencian mis delirios. Que me gustaría un amigo para charlar en este momento (pero por la hora y la distancia no creo que lo pueda cumplir). Y que he descubierto un montón de ''nada'', por así decirlo. En fin, no me hagan caso. Lo escrito son solo locuras de una mente inquieta y algo perturbada.
Bastante perturbada...
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