Advertencia: Este blog es irreal, mal hablado, indecente, prejuicioso, inconsciente, algo dañino, y en todo momento hace abuso del derecho a la libertad de expresión... La forma en la que está escrito es una pobre (pobrísima) imitación del idioma castellano, y debido a su contenido nadie lo debería leer.
(Y por si fuera poco, plagia a South Park... Que culiado...)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Parrilla vs. Maceta

Buen día gente! Como andan? Espero que bien. Les cuento que hoy clavé un faltaso a la universidad para evitar la clase de Fenómenos del Transporte (y si, la materia es tan digerible como su nombre lo indica) y ponerme al día con otras materias. Que mierda hago pelotudeando acá? Que buena pregunta...

No me quedó más opción que escribir. He tenido una revelación sobre mi persona que me ha dejado algo shockeado y tenía que compartirlo. Como muchos sabrán, soy un ser carnívoro y estoy orgulloso de serlo. Soy de los delirantes que estarían dispuestos a pagar 40 mangos o más por tener un par de maruchitas o una tira de asado sobre la parrilla, aunque me duela en el alma. La milanesa de soja me parece una de las mayores blasfemias posibles. El ácido úrico y el colesterol me matarán, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar.

Como se podrán imaginar, siempre surge alguna discusión con la gente vegetariana. Me tratan de convencer de las bondades de una dieta a base de pasto, del beneficio ecológico, del maltrato a los animales. Por mi parte, yo los miro como si fueran extraterrestres. Para mi, el pasto ya lo comió la vaca. La ecología mejoraría mucho más si dejamos de desmontar para sembrar la soja (la soja es la semilla del Apocalípsis). Y en cuanto a los animales, yo los amo. Mi preferido es el chancho, de unos 13 0 14 kilitos, rodeado de brasas, hecho bien despacito.

En fin, los vegetarianos y yo no teníamos nada que ver según mi punto de vista. Hasta que hace poco me contaron una historia de mi infancia que me dejó helado. Al parecer, apenas me pusieron en el andador mi naturaleza dañina salió a flote y empecé a romper y comer todas las plantas de interior de mi vieja. Hasta algún geranio me manduqué. No lo podía creer cuando me lo contaban: Yo, un carnívoro orgulloso, en mi infancia morfé pasto. No se si fue por gusto, por hacer daño, por experimentar. Pero ni una planta le dejé a mi vieja...

Qué se puede hacer cuando todo aquello en lo que uno cree se derrumba? Empiezan las dudas sobre todo: Seré cordobés? Estudiaré? Jugaré? Me gustará el rock? Seré hombre? Me gustará la joda? Existiré siquiera? Ya no se, no estoy seguro de nada. Me despido, voy a tener una crisis nerviosa y vuelvo. Nos vemos!

''Todo este tiempo pensé que era un judío que se odiaba a si mismo, y ahora resulta que soy un simple antisemita.'' (Herschel Krustofski, alias Krusty el payaso)